Actualmente los programas de rehabilitación cardiaca cuentan con un grado de recomendación alto en las guías internacionales de tratamiento, debido al beneficio demostrado en varias entidades de enfermedad cardiovascular. Para obtener estos resultados, se debe contar con infraestructura y equipo apropiados, con estándares de calidad establecidos y con personal capacitado.
Esencialmente, los centros de rehabilitación cardiaca están formados por un grupo interdisciplinario de especialistas en salud. La composición o requerimiento de personal puede variar según la legislación o la disponibilidad de especialistas en la localidad. Se recomienda que el programa sea liderado y supervisado por un especialista en cardiología, preferentemente con entrenamiento y experiencia en rehabilitación cardiaca. Otros especialistas de la salud necesarios en el centro son expertos en actividad física (fisioterapeutas, rehabilitadores), personal de enfermería, nutriólogos. Puede ser de ayuda el contar con personal administrativo asignado al centro o servicio de rehabilitación cardiaca. Algunos servicios (atención psicológica, clínica de atención y cese del tabaquismo) pueden no estar presentes dentro del centro de rehabilitación, por lo que puede usarse un sistema de referencia.
El personal debe ser competente en sus funciones, cumplir los requisitos de la legislación vigente, contar con un mínimo de experiencia y entrenamiento para la atención de los pacientes. Es importante que el equipo del centro de rehabilitación cuente con un protocolo de respuesta ante las emergencias que potencialmente puedan ocurrir, dentro de ellas se hace especial énfasis en la capacitación en reanimación cardiopulmonar.
En el aspecto organizacional y administrativo, deben establecerse y cumplirse los objetivos y estándares de calidad, así como las normas de seguridad para limitar el riesgo de complicaciones.
Dentro de las funciones del especialista en cardiología se encuentran la revisión de los pacientes, la evaluación y estratificación del riesgo cardiovascular, la prescripción del ejercicio y la supervisión de las sesiones. Se debe realizar un informe al concluir el programa de rehabilitación donde se exponga el progreso del paciente.
Otro componente importante es la educación al paciente (acerca de su padecimiento, factores de riesgo, prevención secundaria, consejería para el retorno a la vida laboral, normas de seguridad, apego a la actividad física y las intervenciones farmacológicas). En este rubro participa todo el personal que conforma el equipo.
Acerca de la infraestructura, se debe contar con un espacio destinado al entrenamiento, sala de espera y un espacio para llevar a cabo la educación de los pacientes. Se recomienda contar con bandas y cicloergómetros, telemetrías, equipo para el entrenamiento de fuerza, coordinación y equilibrio, así como lo necesario para la toma de signos vitales. Debe existir equipo específico para la atención de paro cardiorespiratorio.
Existe legislación local que describe los requisitos mínimos con los que deben de contar los espacios designados para la atención de pacientes, personas con discapacidad y también para el adecuado registro y cuidado del expediente clínico de los pacientes.
En conclusión, los centros de rehabilitación cardiaca deben cumplir con los requisitos de calidad: personal, infraestructura, administrativos y materiales.
Referencia: Abreu A. The ESC Handbook of Cardiac Rehabilitation. Chapter 4: Human and material resources, structural, and organizational recommendations. Oxford University Press; 2020.