Dr. Jorge Armando Joya
La formación y desarrollo del sistema arterial en el embrión es un proceso fascinante y esencial que sienta las bases para el funcionamiento adecuado del sistema circulatorio en los seres humanos. Durante las primeras etapas del desarrollo embrionario, este sistema se va moldeando mediante dos mecanismos fundamentales: la vasculogénesis (coalescencia de angioblastos) y la angiogénesis (emergencia de vasos desde estructuras preexistentes). Un componente clave en este proceso es la formación de los arcos aórticos, estructuras que posteriormente darán lugar a importantes arterias en el cuerpo humano. A lo largo de este texto, exploraremos en detalle el desarrollo embriológico del sistema arterial, analizando cómo se desarrollan estos arcos aórticos, su evolución en el transcurso del desarrollo embrionario y la importancia de este proceso para el correcto funcionamiento del sistema circulatorio en la vida posterior del individuo.
Desarrollo Embriológico del Sistema Arterial
El desarrollo embriológico del sistema arterial involucra dos procesos fundamentales: la vasculogénesis (coalescencia de angioblastos) y la angiogénesis (emergencia de vasos desde estructuras preexistentes). Los principales vasos, incluyendo la aorta dorsal y las venas cardinales, se forman principalmente a través de la vasculogénesis, siendo este proceso regulado por señales de orientación en las que el factor de crecimiento VEGF desempeña un papel crucial.
Arcos Aórticos
Durante la cuarta y quinta semana de desarrollo embrionario, se forman los arcos faríngeos, cada uno de los cuales está asociado con un nervio craneal y una arteria específica. Estas arterias se conocen como arcos aórticos y tienen su origen en el saco aórtico, la parte más distal del tronco arterial.
Los arcos aórticos se encuentran inmersos en la mesénquima de los arcos faríngeos y se extienden hacia la aorta dorsal derecha e izquierda. A medida que se forman los arcos faríngeos, el saco aórtico contribuye con una rama para cada uno, lo que resulta en un total de cinco pares de arterias.
Sin embargo, el quinto arco aórtico puede no desarrollarse completamente o incluso desaparecer a medida que el desarrollo continúa. Posteriormente, el tabique aortopulmonar divide el tronco arterial en la aorta ventral y el tronco pulmonar. El saco aórtico dará lugar a las astas derecha e izquierda, que originarán la arteria braquiocefálica y el segmento proximal del arco aórtico.
Etapas del Desarrollo Embriológico
Para el día 27°
La mayor parte del primer arco aórtico ha desaparecido, persistiendo solo una pequeña parte que forma la arteria maxilar. El segundo arco aórtico pronto desaparece, dando lugar a las arterias hioideas y estapedia. El tercer arco aórtico es de gran tamaño, y el cuarto y sexto arco están en proceso de formación, siendo este último el que incluye una arteria pulmonar primitiva.
Para el día 29°
El primer y segundo arco aórtico han desaparecido completamente. Los arcos 3°, 4° y 6° son prominentes. La región conotruncal se ha dividido, de manera que ahora los seis arcos se continúan con el tronco pulmonar. A medida que el desarrollo progresa, el sistema de arcos pierde su simetría original y adquiere un patrón definitivo. El tercer arco da origen a la arteria carótida común y a la primera parte de la carótida interna. El resto de la carótida interna se forma a partir de la porción craneal de la aorta dorsal. La carótida externa se origina como un brote del tercer arco.
El cuarto arco aórtico persiste en ambos lados; en el lado izquierdo forma parte del arco aórtico, entre la carótida común izquierda y la subclavia, mientras que en el lado derecho forma el segmento más proximal de la subclavia derecha, cuya parte distal está formada por una porción de la aorta dorsal derecha y la séptima arteria intersegmentaria.
El sexto arco aórtico, también conocido como arco pulmonar, da origen a una rama significativa que se proyecta hacia la yema pulmonar en desarrollo. En el lado derecho, se convierte en la parte proximal de la arteria pulmonar derecha, mientras que su porción distal se desconecta de la aorta dorsal y desaparece. En el lado izquierdo, forma la arteria pulmonar izquierda, y su porción distal persiste como el conducto arterioso.
Conclusión
En resumen, el estudio del desarrollo embriológico del sistema arterial no solo arroja luz sobre los aspectos fundamentales de la biología del desarrollo, sino que también proporciona conocimientos valiosos para comprender las patologías cardiovasculares y mejorar la atención médica. A medida que avanzamos en la investigación científica y médica, continuaremos profundizando en los misterios de cómo se forma y evoluciona este sistema vital en los embriones humanos, en busca de una comprensión más completa y de mejores estrategias para abordar las afecciones cardiovasculares en la práctica clínica.
Bibliografía:
Saddler T.W. Langman Embriología médica 11° edición, 2010.